La policía de Francia detuvo a un joven ruso-ucraniano, oriundo del Donbás, que estaba en posesión de material explosivo y está siendo investigado por sospechas de terrorismo.
El hombre, cuya identidad no trascendió aunque sí su edad, 26 años, se encontraba en una habitación de hotel en la ciudad de Roissy-en-France, al norte del país, donde confeccionaba los artefactos explosivos que, se cree, serían utilizados en un atentado próximo. Se trataba de baterías caseras para teléfonos móviles, recubiertas de plástico, con una cerilla, pólvora y un líquido inflamable.
Sin embargo, una de ellas explotó, rociando su rostro con peróxido de acetona y provocándole graves quemaduras en su torso y cara.
Pocos momentos más tarde, los bomberos se presentaron en el sitio, lo asistieron y lo derivaron al hospital de Gonesse. A la par, la Policía junto con la Fiscalía Nacional Antiterrorista inició los allanamientos en la habitación, donde además de encontrar los explosivos, se halló dinero, pasaportes falsos y armas.
A raíz de ello, el hombre fue puesto bajo custodia policial en la sede de los servicios secretos de Francia (DGSI) y acusado de “participación en una asociación de malhechores terrorista” y “porte de sustancias o productos incendiarios o explosivos, o elementos destinados a fabricar un artefacto incendiario o explosivo con el fin de destruir, degradar o atacar a personas con un fin terrorista”.
Las teorías sobre sus planes aún son múltiples. Algunos investigadores creen que podría tratarse de un miembro de un grupo terrorista que planeaba en complot atentar en el país -aunque todo indica que estaba operando solo- mientras que el medio local Le Journal du Dimanche sostiene que también se evalúa que sea un espía ruso que planeaba destruir las armas francesas que serían enviadas a Ucrania.
De cualquier forma, Francia se encuentra en alerta máxima, a menos de dos meses del comienzo de los Juegos Olímpicos, que atraerán a cientos de miles de visitantes de todo el mundo, en un momento de gran tensión geopolítica, con guerras desarrollándose tanto en Gaza como en Ucrania.
Sin ir más lejos, la víspera, tres personas fueron detenidas en París tras haber colocado, presuntamente, cinco ataúdes a los pies de la Torre Eiffel cubiertos con una bandera francesa y un inquietante mensaje: “Soldados franceses al servicio de Ucrania”. Los sujetos eran oriundos de Bulgaria, Alemania y Ucrania y aún se desconoce el motivo de sus acciones.
También, el pasado viernes, los servicios secretos arrestaron a un joven de 18 años checheno que planeaba un atentado yihadista durante uno de los eventos olímpicos de fútbol en el estadio de la ciudad de Saint Étienne. Según trascendió, su objetivo era atacar a los espectadores presentes en el Geoffroy Guichard, a los agentes de seguridad y, finalmente, morir en el acto.
Todos estos actos se desarrollan, también, en un momento en el que Emmanuel Macron aumentó sus críticas contra Vladimir Putin e intensificó su asistencia a Kiev, inclusive, permitiéndole utilizar su armamento en suelo enemigo bajo el argumento de legítima defensa. Asimismo, recientemente el presidente se mostró a favor de enviar tropas para entrenar en la propia Ucrania a los soldados, algo que el Kremlin tildó de “peligroso”.
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