Fútbol israelí: el insólito desenlace del “clásico” de Jerusalem

 

Hapoel Jerusalem y Beitar Jerusalem son protagonistas de una rivalidad que trasciende el fútbol, y esta temporada además compiten por evitar los puestos de descenso a la segunda división. Por eso el partido del domingo entre ambos generó una expectativa especial en la capital de Israel. Aunque nadie imaginó semejante desenlace…
Beitar, el equipo local, se puso en ventaja en el marcador a los 45 minutos del primer tiempo. Y Hapoel, la visita, acorraló a su rival durante la segunda parte en busca del empate. Como parte de esos intentos de conseguir la igualdad para Hapoel, 15 minutos antes del final el entrenador Ziv Aryeh envió al campo de juego a Cletus Nombil, mediocampista nacido en Ghana.


Pero no midió las consecuencias de esa modificación: con el ingreso de Nombil su equipo jugaba en cancha con seis jugadores extranjeros de manera simultánea, cuando el reglamento de la liga israelí permite solamente a cinco. Las transmisiones deportivas, las redes sociales y los protagonistas de a poco se fueron dando cuenta de esta irregularidad que en los próximos días tendrá un desenlace ineludible: el reglamento establece que la liga debe decretar un triunfo técnico por 3-0 para el Beitar Jerusalem.


Algunos jugadores de Hapoel, especialmente los israelíes que están más interiorizados en el reglamento, comprendieron lo que estaba ocurriendo en plena disputa del partido. Otros como Ondřej Bačo, el futbolista checo de Hapoel, no estaban enterados: convirtió el 1-1 de cabeza en tiempo de descuento y festejó el gol con un gesto provocador hacia la tribuna de Beitar.



Bačo era uno de los que no sabía que la suerte del partido estaba sentenciada por la falla reglamentaria. “Los extranjeros de Hapoel festejan, los israelíes no”, relató la transmisión televisiva del partido cuando el árbitro determinó el final del partido, y dentro de la cancha reinaba la confusión.
Segundos después los futbolistas que estaban dentro del campo fueron actualizados sobre lo ocurrido. Cuando la noticia llegó a las gradas, la tribuna de Beitar explotó de alegría: pese al 1-1 agónico, el triunfo era de ellos.


En las horas posteriores al partido el entrenador Aryeh presentó la renuncia, pero la dirigencia de Hapoel resolvió perdonarlo y mantenerlo en el cargo. “Absorbemos todas las críticas de nuestro público y cada ataque que se nos haga desde afuera. Todo lo que se dijo de nosotros ya lo dijimos internamente, sin piedad, en una noche en la que no pudimos dormir. Tras la conmoción y el golpe, ahora debemos demostrar que somos dignos de su confianza”, expresaron los directivos del club este lunes a través de un comunicado.


“Pedimos una disculpa honesta y dolorosa, como fanáticos y responsables del club. Vamos a construir a partir de esto y nos aseguraremos de ser mejores. Nos juzgarán por nuestras obras. Somos el primer club de fútbol de la primera división israelí cuyos dueños son su afición, y esperamos mantenernos en la Ligat Ha´al cuando finalice la temporada”, agregó el texto firmado por los cuatro principales dirigentes.